¡Compartir es vivir!

Crear tu propósito de vida es más que un cliché o un sueño que nunca se cumplirá. En realidad, es una herramienta para una vida mejor, más feliz y más saludable, pero que muy pocas personas intentan descubrir.

El propósito y el significado no es algo que pueda determinarse rápidamente. El proceso requiere mucha autorreflexión, escuchar a los demás y descubrir dónde están tus pasiones. Identificar, reconocer y honrar este propósito es quizás una de las acciones más importantes que toman las personas exitosas. ¿Por qué? Bueno, porque se toman el tiempo para comprender el sentido de estar aquí, y luego lo persiguen con pasión y entusiasmo.

Para algunos, el propósito y la pasión en la vida es obvio y claro. Nacen con un conjunto de talentos y, mediante la práctica, desarrollan esos talentos en habilidades. Pero para otras personas, no es tan fácil identificar una pasión. Incluso puede que se hayan preguntado en un momento u otro cosas como:

  • ¿Qué debo hacer con mi vida?
  • ¿Cuál es mi pasión?
  • ¿Cuál es el propósito de mi vida?

Si alguna vez te has planteado esto, o te lo estás planteando en este momento, te propongo leer este artículo donde podrás descubrir cómo crear tu propio propósito de vida.

 

¿Por qué necesitas un sentido de propósito en tu vida?

 

Principalmente por tu salud. Sí, has leído bien. La necesidad de significado y propósito es el motor de bienestar más profundo que existe. Tener un propósito no solo beneficia nuestra salud mental sino también, sobre todo durante el brote de Covid-19, nuestra salud física.

Varios estudios realizados en la Universidad de California, han concluido que los adultos que tienen un sentido de propósito más fuerte, tienen mayor longevidad que las personas con un sentido de propósito más débil. Este estudio encontró que el riesgo de morir era dos veces mayor entre las personas que carecían de un propósito en comparación con las que tenían un propósito.

Los científicos aún no comprenden completamente los mecanismos que impulsan la conexión entre el propósito y el bienestar. Podría ser que tener un mayor significado en tu vida implique una menor liberación de hormonas del estrés, un mejor funcionamiento inmunológico y / o menos tensión cardiovascular. También es muy probable que tener un propósito nos lleve a tomar mejores decisiones respecto a nuestro estilo de vida.

Ya sea que ese sentido de propósito surja de nuestro trabajo, de nuestras relaciones familiares, pasatiempos o intereses o – mejor aún – de una combinación de todos éstos, nuestra salud depende de sentirnos comprometidos con la vida.

 

¿Es lo mismo una vida con propósito que una vida productiva?

 

La creencia de que el propósito y la productividad de alguna forma son sinónimos es algo confusa. Especialmente en un momento como el que estamos viviendo, de crisis mundial por el Covid-19, es muy fácil sentir que hemos pasado un día entero, una semana, ¡o un mes!, sin haber avanzado en nuestras metas.

Luego llegas aquí, y lees en este artículo que tener dirección y propósito es absolutamente vital, ahora más que nunca, porque nuestra salud mental y física depende de ello. Joder, eso seguramente aumente la presión sobre ti. Así que, tratas de crear un “propósito” haciendo, haciendo y haciendo.

Pero, ¿dónde está el término medio?

En su definición más básica, la productividad es la cantidad de valor producido dividida por la cantidad de costo (o tiempo) necesario para hacerlo. Y el propósito es aquello que nos permite tener un sentido de dirección, que nos involucra en actividades que consideramos valiosas y que impactan en otras personas, más que en nosotros mismos.

La productividad está orientada a los resultados mientras que el propósito está orientado a los procesos.

La productividad se centra en las tareas tangibles que realizamos y en lo que podemos mostrar por el uso de nuestro tiempo y esfuerzo. El propósito, por otro lado, nos pide que nos sintamos comprometidos con lo que estemos haciendo, independientemente del resultado tangible, o la falta de él, que pueda generar.

 

Trabajar y vivir con un propósito

Por supuesto que puedes ser productivo y tener un propósito en tu vida de forma simultánea, y es probable que te sientas mejor cuando éste sea el caso. Sin embargo, lo que sucede es que nuestras actividades con propósito son menos visibles, por lo que resulta difícil de valorar.

Éste es el caso mientras se vive una pandemia. Es posible que sepamos con precisión por qué nos despertamos por la mañana, es decir, tenemos un propósito, pero no podemos ver lo que estamos haciendo con nuestros días, es decir, nos falte productividad.

Por ejemplo, estar presente y acompañar a familiares, amigos y otras personas que confían en nosotros tiene un propósito, pero normalmente no es algo que pueda “mostrarse”. Sin embargo, es probable que los impactos que tenga eso en las personas que ayudamos sean de largo alcance y duraderos.

De manera similar, cuidar nuestro propio bienestar para que podamos estar completamente presentes – emocional y físicamente – para los demás es fundamental y, por lo tanto, también tiene un propósito.

Ahora bien, abrazar el propósito por encima de la productividad puede sonar genial, pero ¿y si tenemos que producir algo?

Para la mayoría de nosotros, los ingresos no fluyen sin una producción tangible de algún tipo. Cuando sentimos la presión de producir durante tiempos difíciles, mantener la dirección en el centro de lo que estamos creando nos mantendrá saludables y equilibrados.

 

Pasos para crear tu propósito de vida y lograr los objetivos que te propongas

 

Tendemos a hablar de “propósito” en un tono solemne, como si cada persona tuviera una razón mística para estar aquí. Bueno, no creo que haya un «Santo Grial» del propósito.

Te propongo un enfoque completamente diferente, uno en el que no tienes que perseguir una reliquia misteriosa. En cambio, piensa en encontrar un propósito como una excavación arqueológica, para descubrir partes de ti mismo que han sido enterradas.

Personalmente, creo que la mejor forma de definir un propósito alineado contigo y con tus valores, es hacerte muchas preguntas que te permitirán conocerte más.

¿Cuál es el mayor valor agregado que puedes crear frente a esta situación en este momento? ¿Qué tienes que ofrecer que pocos otros hacen?

Y si quieres, puedes pasarte por mi primer artículo, donde te cuento cómo creé mi propósito y con él este proyecto.

Nunca ha habido un mejor momento para hacerse estas preguntas, especialmente porque lo que era “importante” en un momento pasado, puede que no se sienta tan importante ahora. Centrarse en las razones de porqué importa tu trabajo y cómo puedes impactar positivamente en otras personas, te ayudará a trascender el jaleo cotidiano y encontrar el significado de lo que estás haciendo.

 

1. Explora tus pensamientos y sentimientos

Muchas personas están perdidas en la rutina diaria o en las expectativas de quienes las rodean. Puede que ni siquiera sientan atracción hacia un propósito específico, pero tienen un sentimiento profundo de que hay más en la vida.

Como te dije, un buen camino para comenzar es hacerte preguntas sobre tu propósito Dedica tiempo a escribir tus respuestas. Escribe libremente, a donde te lleve tu mente y explora tus pensamientos. Está bien si tus respuestas son breves y está bien si terminas escribiendo hojas extensas.

cómo crear tu propósito con preguntas

Si necesitas ayuda con las preguntas, aquí te muestro algunas que puedes hacerte para mejorar tu enfoque:

  1. ¿Qué harías si nunca más tuvieras que trabajar para ganarte un euro? Si no tuvieras un trabajo diario, pero aún así tuvieras los ingresos, ¿qué harías con todo ese tiempo? ¿Qué aprenderías, qué crearías, adónde irías?
  1. ¿Qué elegirías hacer, incluso cuando tuvieras días conflictivos? Pregúntate qué seguirías haciendo de buena gana, incluso si supieras que a veces tendrás días complicados. Porque, en serio, crear una vida con propósito y significado puede tener muchos desafíos. Al final del día, ¿qué haría que los desafíos valieran la pena.
  1. ¿Qué te encantaba hacer cuando eras pequeño? Nuestro niño interior conoce nuestra vocación mucho mejor que nosotros. Si te llena de la alegría que tenías cuando eras un niño, haz más de eso.

 

2. Visualiza tu propósito

Visualizar es un poco como la meditación. En lugar de vaciar tu mente, llénala con la experiencia de cómo quieres que sea tu vida. ¿Cómo se siente esa versión de ti, esa versión de tu vida? Esta visión cambiará a medida que te acerques más y más a tu ideal. Incluso podría cambiar por completo si tu propósito cambia de rumbo.

Es importante hacer este ejercicio durante al menos dos minutos cada día para consolidar la visión en tu mente. La visualización cambia tus conexiones neuronales con el tiempo. Notarás que te sientes más y más como la persona en esa visión.

 

3. Sé claro acerca de tus intenciones y confía en tu intuición

Una vez que tengas claro lo que quieres, y mantengas tu mente y energía constantemente enfocada en ello, el cómo aparecerá. No dejes que te falle la motivación y mantén un fuerza de voluntad.

Naciste con una brújula interna que te dice cuándo estás dentro o fuera del rumbo, sobre todo lo notarás por la cantidad de alegría que estés experimentando. Las cosas que te brindan la mayor alegría están alineadas con tu propósito y te llevarán a donde deseas ir.

Tómate un tiempo para pensar de forma honesta y abierta sobre dónde te encuentras actualmente en tu vida y qué quieres hacer con ella:

  • ¿Cuál es su situación financiera?
  • ¿Cómo van tus relaciones?
  • ¿Cómo está tu salud?

Y luego piensa dónde te gustaría estar. Si tu vida fuera como tú la imaginas en este momento:

  • ¿Cómo sería?
  • ¿Qué tipo de trabajo tendrías?
  • ¿Dónde vivirías?

 

4. Empieza poco a poco

Puede ser que tengas una gran visión, pero todo se logra dando pequeños pasos consistentes todos los días. Vivir tu propósito puede ser abrumador, por eso, lo mejor es tomar pequeñas acciones. ¿Qué tan pequeñas? Haz una búsqueda en internet sobre el tema de tu propósito; escribe un correo electrónico; aprende una nueva habilidad.

Puedes pensar en estas acciones como experimentos. Después de todo, la vida es un proceso de aprendizaje, así que prueba con pequeños pasos y evalúa cómo te sientes. Eso sí, asume algún pequeño riesgo.

 

5. Pasa a la acción

Actúa en función de tu propósito en la vida. Cuando actúes, actúa INSPIRADO. Habla sobre tus planes, comparte tu entusiasmo y sé sincero sobre lo que estás haciendo. Esto es lo que marcará la diferencia y creará un impulso real.

Si te sientes un poco extraño al principio, es completamente normal. Estás rompiendo viejos patrones y construyendo algo nuevo. Sé fiel a ello y da esos pequeños pasos todos los días.

 

6. Prepárate para dar un gran salto

No tengas miedo de asumir riesgos cada vez más significativos. Ya habrás pasado por algunos cambios de mentalidad para llegar a este punto, pero en algún momento tendrás que dar un gran salto.

No te sentirás “listo” para darlo, pero te aseguro que no existe tal cosa. Hazlo. Sabrás cuándo es el momento de hacer grandes movimientos.

 

7. Alinea tus metas con el propósito y las pasiones de tu vida

Una vez que sepas cuál es el propósito de tu vida, organiza todas tus actividades en torno a él. Todo lo que hagas debe ser una expresión de tu propósito. Si una actividad u objetivo no se ajusta a esa fórmula, no trabajes en ello.

Alinearte con tu propósito es más complicado al establecer metas profesionales. Cuando se trata de objetivos personales, hay una percepción de mayor flexibilidad.

Por ejemplo, si quieres aprender a pintar o tocar la guitarra, simplemente lo haces. Si tu objetivo es ponerte en forma y perder peso, empiezas a entrenar. Sin embargo, muchas veces se ignoran las señales de que tu trabajo o carrera no son los adecuados para ti.

Tenemos muchas áreas de nuestra vida, pero generalmente asociamos quiénes somos como “seres productivos” a cómo nos pagan. Pero si te aterran los lunes por la mañana, y sientes que solo vives cuando llega el fin de semana, puede ser una señal de que ha llegado la hora de seguir tu intuición y dedicarte al trabajo que realmente deseas hacer.

 

Conclusión

 

La pregunta es dónde y cómo podemos encontrar la dirección cuando todo lo que nos rodea está cambiando. No se puede negar que estamos ante una situación de incertidumbre – que es nuestra nueva normalidad – y nos está afectando a todos, de una u otra manera.

Una reacción natural a un futuro tan incierto es paralizarse. Si no sabemos lo que vendrá, ¿cómo podemos pensar en seguir adelante?

Sin embargo, sin un sentido de dirección y propósito, nuestra salud física y mental, la efectividad en el lugar de trabajo y las relaciones pueden sufrir consecuencias. Necesitamos encontrar una manera de crear nuestra propia dirección, incluso cuando no sabemos lo que vendrá, especialmente porque pareciera ser que vamos a estar en este estado durante bastante tiempo.

La pregunta que se plantea es cómo podemos avanzar cuando se desconoce tanto. Bueno, podemos concentrarnos en que nuestras acciones tendrán un impacto más allá de nosotros mismos. Esa es, en esencia, la definición misma de tener un propósito. Podemos centrarnos en lo que SÍ sabemos que queremos crear a través de nuestro trabajo.

Una respuesta sobre cómo crear una dirección durante los tiempos cambiantes es con el curso de Crea tu Propósito de la Escuela Nómada Digital. El mismo que hice yo en mis comienzos, pero ya actualizado desde entonces en varias ocasiones.

Puedes echar un ojo al curso Crea Tu Propósito aquí.

Cuéntame, ¿tienes claro cuál es tu propósito de vida o todavía estás por descubrirlo? Te leo en comentarios

 


Fotografía principal por Freepik: Hombre caminando por carretera, por SOFCOR, en Pixabay.

Otras imágenes:

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¡Compartir es vivir!