Esto es un post de invitado de la mano de Unai Sáenz, creador y fundador de conrumbofijo.com.
¡Qué lo disfrutes!
«Es posible que no sepas los resultados que se obtendrán de tus acciones, pero si no haces nada no habrá resultados». – Mahatma Gandhi
En la zona de confort no encontrarás grandes obstáculos ni tampoco necesitarás buscar nuevas soluciones, te encuentras cómodo y fuera de peligro.
Suena bien, ¿verdad?. La cuestión es que si no le prestas la debida atención puede convertirse en una trampa que te mantenga atascado durante mucho tiempo sin avanzar en tu camino.
Si lo que buscas es crecer personal y profesionalmente, ofrecer cada día una mejor versión de ti mismo, así como descubrir el auténtico potencial que hay en tu interior, en el artículo de hoy averiguarás cómo salir de la zona de confort maximizando tus recursos y corriendo el menor riesgo posible.
¡Vamos a por ello!
¿Qué es la zona de confort?
“Zona de confort” bien podía referirse a un lugar pero de lo que está hablando en realidad es de aquellos hábitos y costumbres que realizas prácticamente por inercia, sin necesidad de pensar, porque tu cerebro se encuentra cómodo haciendo lo que ya conoce, aquello en lo que se desenvuelve sin ningún problema.
Se trata de una tendencia evolutiva que el ser humano ha desarrollado para la supervivencia. El cerebro está diseñado para mantenerte vivo por encima de todo, sin importar que puedas o no realizarte como persona. Sabe que hasta ahora has sobrevivido haciendo lo que ya haces y cualquier cambio puede suponer un riesgo.
Además no necesita hacer ningún esfuerzo para mantenerse donde está.
¿Qué más puede pedir?
La trampa de la zona cómoda
El problema es que algunas de esas costumbres pueden ser la causa de estar cosechando resultados poco satisfactorios en determinados ámbitos de tu vida, y por consiguiente, también de tus frustraciones.
Al tratarse de hábitos es fácil caer en la trampa y que pasen los días, los meses… y para cuando quieras darte cuenta, hayan pasado ya muchos años.
Por eso es importante estar atento.
Qué puedes encontrar fuera.
Cualquier mejora personal o profesional que quieras realizar estará fuera de la zona de confort en mayor o menor medida e inevitablemente formará parte del camino.
Si supieras todo lo necesario para hacer aquello que deseas, no resultaría incómodo ni supondría ningún problema… sencillamente lo harías y ¡listo! ¡ya lo tendrías!
La cuestión es de qué manera quieres afrontar tú este reto. Puede que no te guste desenvolver regalos, pero si quieres disfrutarlos.
La buena noticia es que con unos pocos conocimientos te resultará mucho más sencillo obtener los beneficios que hay al otro lado. Sigue leyendo. 😉
¿Por qué nos cuesta salir de la zona de confort?
Detrás de cada objetivo, sea grande o pequeño, se encuentra siempre escondido un proceso de aprendizaje.
Claro, existen aprendizajes por los que tu cerebro transita con relativa facilidad y no suponen un inconveniente, pero también existen otros que por un motivo u otro le cuestan más. Estos últimos pueden ser percibidos como un esfuerzo y un riesgo que no está dispuesto a asumir y eso genera resistencia.
Al menos de momento.
Cada vez que superas un límite, CRECES
Es posible que salir de la zona confort lo relaciones con perder lo que ya tienes, pero al contrario, lo que en realidad estarás haciendo será expandir tus posibilidades, adquiriendo nuevos conocimientos y experiencias.
Párate un momento, ¿alguna vez te ha pasado que hayas aprendido algo y por consecuencia, al momento siguiente se te haya olvidado lo que ya sabías?

Salir de la zona de confort te ayuda a crecer.
Con cada barrera que superas estás acercándote un poquito más a esa persona que te gustaría llegar a ser, a esa persona que en el fondo ya eres.
La libertad de elección
Salir o no salir de la zona de confort es una cuestión de elección personal.
Para mí, si hay algo importante es estar a gusto con lo que uno hace o deja de hacer, por eso hoy me gustaría invitarte a mirar con sinceridad hacia adentro y si así lo deseas, que emprendas el viaje a tu ritmo.
Los 5 poderosos motivos por los que salir hoy de tu zona de confort
Cuanto más claro tengas los beneficios que te va a aportar ese cambio que deseas, más motivación tendrás y más fácil te resultará. A continuación 5 poderosos motivos por los que salir de tu zona de confort.
1. Mejorar tu bienestar y calidad de vida
A menudo nos abstraemos tanto en nuestras tareas, compromisos, responsabilidades, etc. que nos olvidamos de nuestro propio bienestar. Así llegan a generarse desequilibrios importantes que nos limitan y nos hacen sentir todo tipo de frustraciones, llegando a reflejarse en nuestra salud y también en nuestro estado de ánimo.
Ocuparte de tu bienestar implica cambiar formas de funcionar y salir de la cotidianeidad, eso si, seguramente también será uno de los mejores regalos que puedes hacerte a ti y a tu entorno.
¿Qué necesitas tú para estar bien?
Física, mental y emocionalmente.
¿Dónde está para ti ese equilibrio tan necesario?
2. Sacar a la luz tu verdadero potencial
Si lo piensas, es tan grande el universo que son pocas las cosas que en el fondo están en nuestra mano, aún así seguro que son muchas más de las que podemos ver en un primer vistazo.
Ese es nuestro círculo de influencia, todas las cosas en las que podemos influir de una u otra manera, tanto en nuestro interior como en el exterior.
Ahí, en el círculo de influencia es precisamente donde se esconde el mayor de tus superpoderes: la capacidad de enfocar tu atención y tu energía en las cosas que sí puedes modificar.

Supérate a ti mismo potenciando tu círculo de influencia.
Es posible que en algún punto del camino hayamos olvidado que siempre hay cosas que aprender y de las que tomar conciencia, pero nunca es tarde para retomarlo.
¿Qué es lo que quieres crear?
3. Tomar las riendas de tu vida
Es curioso lo fácil que nos resulta dejarnos llevar por la inercia del día a día, y sin querer, caminar durante mucho tiempo con el piloto automático puesto, sin decidir de forma consciente hacia dónde dirigimos nuestros pasos.
Pero, ¿qué pasa cuando no eres tú quien decide hacia dónde diriges tus pasos? ¿quién lo está haciendo por ti?
Sin lugar a dudas serán otras personas las que lo estén haciendo, y siendo así, los resultados que obtendrás es poco probable que estén alineados con tus prioridades.
Y es que, aunque nos cueste reconocerlo en un principio, somos nosotros los únicos responsables de decidir conscientemente en qué invertimos nuestro valioso tiempo, por lo tanto, también de estar cosechando los resultados que tenemos en este momento.
Ten en cuenta por favor que cuando hablo de responsabilidad no hablo de culpa, sino de entender de qué manera has contribuido tú a que se den las circunstancias que hoy te rodean, y sobre todo, a preguntarte qué puedes hacer para mejorarlas.
Hablo de alinear poco a poco tus acciones con tus valores y prioridades para vivir desde la proactividad en lugar de ser reactivo.
Desde aquí te invito a hacer una reflexión y si no lo estás haciendo ya, que agarres las riendas, des un paso fuera de la zona cómoda y te conviertas cuanto antes en protagonista:
«Todo lo que eres hoy, o lo que serás en el futuro, depende únicamente de ti.» – Brian Tracy.
4. Superar tus propios límites
Hasta dónde creemos ser capaces de llegar, o no, es quizás lo que más puede limitarnos.
De hecho, esa visión de nosotros mismos es la que configura en gran medida nuestras expectativas, y como es lógico, dependerá de éstas implicarnos mas o menos en un logro, pudiendo poner todo nuestro empeño, o por el contrario, llegando a tirar la toalla incluso antes de empezar.
Es importante entender que los grandes retos se sitúan lejos de tu zona de confort, por eso pueden resultarte inalcanzables en un principio. Necesitarás dividirlos en porciones cada vez más pequeñas para trasladarlos al día a día de forma realista y alcanzable, consiguiendo así superar poco a poco esos límites que en realidad solo estaban en tu cabeza.
Esa es la clave.
Ponerte pequeños en el día a día, en los que necesites aplicarte, pero ojo, asegurándote que podrás alcanzarlos sin demasiado esfuerzo llegando a un porcentaje de éxito superior al 80% de las veces.
¿Por qué? Muy sencillo:
- Asegurar el éxito en acciones pequeñas y en plazos cortos supone tener muchas más probabilidades de éxito también a largo plazo.
- Porque cuando el reto es pequeño tu cerebro no opone resistencia.
- Cuando vas superando pequeños límites, los grandes se van desvaneciendo y cada vez te ves capaz de llegar más lejos.
Es posible que cuando empieces a practicar tus planes sean demasiado optimistas y necesites ir rectificando, es normal, lo importantes es tener en mente la importancia de dar un pequeño paso cada día.

Supera y enfréntate a tus límites.
Dentro de un mes ya habrás dado 30 pasos.
¿Hasta dónde no podrás llegar de aquí a 5 o 10 años?
Seguramente a lugares que ahora mismo te parecen inalcanzables.
5. Hacer que tus sueños se materialicen
Soñar es importante y me atrevería a decir que incluso necesario. Ahora bien, ¿únicamente por soñar acaban sucediendo las cosas?
Un sueño únicamente existe en tu cabeza hasta el momento en que lo planteas como una meta, porque una meta requiere acciones para su consecución y las acciones tienen el enorme poder de conseguir cosas.
En el momento en el que realizas una primera acción estás poniendo en marcha el engranaje para materializar aquello que hasta ese momento solo existía en tu mente. Pasa a estar también en el plano físico, es decir, empieza a ser algo real aunque aún no se haya materializado del todo.
No estoy hablando de algo inalcanzable, hay cientos de ejemplos ahí fuera que hoy viven esa vida que un día imaginaron, y si no es exactamente esa, una que se acerca mucho…
¿Cómo es tu vida hoy y cómo te gustaría que sea?
¿Qué es lo que más te gustaría conseguir?
En tus manos está la posibilidad de vivirlo en primera persona.
Causas que te impiden pasar a la acción
Todos los seres humanos nacemos con un enorme potencial en nuestro interior, cada cual con su propia singularidad, es una pena que a medida que vamos creciendo y adaptándonos al mundo que nos rodea se nos va olvidando.
A continuación te muestro las principales causas que pueden estar impidiéndote pasar a la acción y algunos recursos para superarlas.
1. Falta de autoconfianza.
La falta de autoconfianza normalmente viene dada por:
- El miedo a no ser capaces.
- A fracasar.
- Que los demás vean nuestros errores y por consiguiente nuestra vulnerabilidad. (Echa un ojo a esta charla TED que viene al caso).
Nada mejor para ganar autoconfianza que mirar hacia atrás y acordarte de todos esos logros, grandes y pequeños, que has conseguido a lo largo de la vida. Si hoy hablas o caminas es porque un día lograste hacerlo, si estás leyendo este artículo es porque aprendiste a leer, y tantos y tantos más de los que puedes sentirte orgulloso.
Te animo a que enumeres 30 logros que hayas realizado en tu vida y que entre ellos destaques uno significativo.

Los fracasos son parte del camino al éxito.
¿No hubo acaso detrás de ese logro una o más meteduras de pata?
Y es que los fallos son necesarios para avanzar, gracias a ellos podemos evaluar nuestras acciones y entender dónde necesitamos mejorar algo con el fin de conseguir lo que nos propongamos.
Un fracaso solo es tal cuando tú decides que lo es.
«Me gustan mis errores. No quiero renunciar a la deliciosa libertad de equivocarme» – Groucho Marx.
2. Creencias Limitantes.
Las creencias son aquellas ideas que das por ciertas y que configuran tu forma de estar en el mundo. Te han resultado útiles en algún momento y por eso sigues manteniéndolas, la cuestión es que algunas ya no se corresponden con tus necesidades actuales y por eso te limitan.
Normalmente no solemos ser conscientes cuando una creencia nos está limitando y curiosamente, lejos de abrirnos al cambio, solemos aferrarnos a ellas como si nuestra propia identidad dependiera de ellas.
Cada persona tiene una interpretación diferente de las cosas y no hay una buena ni mala, sino aquella que nos potencia o nos limita.
¿Por qué quedarnos solo con una forma de ver las cosas cuando hay tantas?
Por el simple hecho de llevar muchos años (quizás toda la vida) mirando desde una perspectiva, no quiere decir que sea la única, ni mucho menos tiene por qué ser la mejor. Es posible que haya otras formas que nos resulten más eficaces, desde las cuales estemos más en paz con nosotros mismos, más conectados con la vida y con las personas que nos rodean.
Dependerá de cómo pienses acerca de una circunstancia para que actúes de una determinada manera o de otra, en consecuencia tus resultados serán diferentes.
Si los resultados que estás obteniendo no son satisfactorios, cambiar el punto de vista puede resultarte de gran ayuda.
Respira profundo… deja marchar antiguas creencias.
¿Qué estás dando por hecho y podría ser también de otra forma?
¿Qué otras interpretaciones pueden resultarte útiles?
3. Obstáculos en el camino
Los obstáculos pueden convertirse en la excusa perfecta para quedarnos en la zona de confort. Pero si tu voz interna te está diciendo que es hora de cambiar cosas seguramente será por algo, quedándote en donde estás no creo que se vaya a solucionar por sí solo.
Cada obstáculo que te encuentras en el camino te está mostrando que hay una carencia.
¡Por eso resultan tan incómodos!
Pero precisamente por eso son también tan valiosos, porque en ellos encontrarás la información para saber exactamente qué necesitas aprender.
Oro puro.
En vez de verlos como el motivo que te impide avanzar, bien puedes convertirlos en retos que te motiven a ir siempre un poco más allá.
Tu plan de acción de 3 pasos para salir de la zona de confort
Salir de la zona de cómoda supone, a fin de cuentas, caminar hacia lo desconocido, dándonos la sensación en ocasiones de estar saltando al vacío. Ante esta reflexión ten en cuenta que las cosas no tienen porqué ser blancas o negras, existe toda una gama de grises y de colores que dan lugar a diferentes opciones.
En el siguiente apartado te cuento cómo salir de la zona de confort sin tener que correr riesgos innecesarios.
1. El riesgo como parte intrínseca de la vida
Todo conlleva un cierto riesgo.
Tener algo supone el riesgo de perderlo. Estar vivo supone el riesgo de morir, es parte de la vida. Pero antes de ponernos dramáticos te puedo afirmar que tenemos la suerte de poder decidir en qué medida nos arriesgaremos frente a las acciones que vayamos a realizar, de esta forma podremos también encontrar un equilibrio saludable entre el riesgo que asumimos y el beneficio que va a aportarnos.

Encuentra el equilibrio entre riesgos a asumir y beneficios a conseguir.
Ese equilibrio es el auténtico motor para el cambio.
2. Valoración y gestión del riesgo
Cualquier actividad de riesgo tiene como base la valoración y la gestión del mismo para poner los medios necesarios y minimizarlo. Para eso es imprescindible tomarse un tiempo en el que analizar de la forma más objetiva posible el riesgo real que asumes.
- ¿En el peor de los casos, qué puede pasar? Las cosas no tienen porque ser tan graves como las pensamos, usemos la inteligencia a nuestro favor.
- ¿Es real ese riesgo o es fruto de una imaginación desbordada? Cuando hablamos de riesgo la imaginación puede llegar a convertir un pequeño problema en el fin del mundo, usémosla al servicio de la creatividad para encontrar soluciones en lugar enfocarnos en problemas imaginarios.
- ¿Es probable que suceda? Bueno, hay que contemplar la posibilidad del “peor de los casos”, claro. Ahora bien, si hacemos las cosas con cuidado lo más probable es que encontremos formas y medios para amortiguar cualquier posible catástrofe. Entonces dejaría de ser una catástrofe y pasaría a convertirse en un simple fallo con margen de maniobra, del que podremos aprender y mejorar.
- ¿De qué manera puedo minimizarlo? ¡Aquí quería yo llegar! No se trata de hacer una montaña de un grano de arena, ni tampoco de caer en la parálisis por análisis, sino de tener una perspectiva amplia y realista que te aporte ideas, muchas ideas, recursos, planes de acción, diferentes opciones y un cierto control de la situación.
3. Si la piscina está vacía, ¡encárgate de llenarla!
Las circunstancias en el momento presente son las que son, pocas vueltas puedes darle, es algo que no puedes cambiar. Lo que sí puedes hacer es jugar la partida lo mejor posible, con lo que tienes, para que esas circunstancias empiecen a cambiar.
Hoy, aquí y ahora es siempre el mejor momento para empezar a caminar. ¿Cuándo si no?

Ser positivo te ayuda a llenar la piscina cuando quieras salir de la zona de confort.
Si resulta que la piscina está vacía, quizás tengas que encargarte de llenarla y es posible que cueste algo más de tiempo y energía, puede que necesites preparar un plan B. En todo caso, lo que está claro es que si quieres algo en tu vida, tú eres el único encargado de hacer que suceda.
Conclusiones
Todos y todas queremos mejorar en algún aspecto nuestra vida, es parte de la naturaleza humana. Al mismo tiempo, cada vez que nos planteamos mejorar en un determinado aspecto se abre una brecha entre lo que tenemos y lo que queremos.
Es ahí, en la distancia que nos separa de nuestros objetivos donde encontramos los retos que nos mueven y de igual manera, también donde surge en ocasiones el miedo y la incertidumbre.
En este aspecto no existe el método infalible, sino lo que funciona en cada caso.
Por eso este es un viaje que necesariamente hay que vivir en primera persona, probando y experimentando para determinar qué funciona y qué no, quedándote cada día con las cosas que te ayudan a ser una mejor versión de ti mismo.
En definitiva, un proceso de aprendizaje continuo que enriquecerá tu vida tanto personal como profesional. Espero que en este artículo hayas descubierto cómo salir de tu zona de confort y hayas encontrado mucha inspiración, sobre todo, ganas de pasar a la acción.
Un fuerte abrazo.
Fotografía principal por Freepik: Pareja saltando a la piscina, por scottwebb en Pixabay.
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Soy Unai Sáenz, fundador de Con Rumbo Fijo. Mi objetivo es ayudarte a optimizar tu valioso tiempo y energía para que avances hacia tus objetivos de la forma más eficaz posible, equilibrando lo personal y lo profesional y concentrándote en las cosas más importantes para ofrecer una mejor versión de ti cada día.
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